El término anhedonia significa ausencia de la vivencia del placer físico. Suele referirse al placer sexual ausente en algunos cuadros psiquiátricos, como la depresión, pero el término es preciso para definir la ausencia de placer en una persona, para precisar, la anhedonia es la incapacidad para experimentar placer, la pérdida de interés o satisfacción en casi todas las actividades.
Se considera una falta de reactividad a los estímulos habitualmente placenteros. Constituye uno de los síntomas o indicadores más claros de depresión, aunque puede estar presente en otros trastornos, como por ejemplo, en algunos casos de demencias (Alzheimer).
La cultura tiene una gran influencia: una conducta puede ser aceptada por un grupo cultural y no ser bien vista por otro. Los factores biológicos son la causa principal donde se encuentran las influencias perinatales y la salud física. Es el médico psiquiatra el que determinará si es normal o anormal.
Anhedonia es un síntoma y cuando se detecta obliga a pensar en un cuadro sintomático o síndrome y en la enfermedad o enfermedades que lo expliquen, por ejemplo, los trastornos depresivos.
La ausencia completa o casi completa de sentimientos placenteros es una situación anormal y de gravedad. En un cuadro de depresión la anhedonia puede delatar profundidad, implicar que estamos ante una Depresión Mayor y sobre todo ante un paciente de alto riesgo.
Anhedonia involucra a los lóbulos frontales y debe entenderse como una señal de aislamiento del paciente con el ambiente y con sí mismo.
La capacidad hedónica de una persona es la medida de su anclaje a la vida y por lo tanto la falta de capacidad en un paciente es medida y alarma de naufragio emocional y psíquico. La capacitación para diagnosticar anhedonia corresponde al profesional médico psiquiatra.
En el lenguaje de la psicología dinámica puede no tener el sentido estricto del ambiente médico y hasta puede que no se interprete la gravedad. Anhedonia no es un cuadro de por sí, es un síntoma y cuando se ha comprobado debe entenderse de modo alarmante.
El psiquiatra debería revisar minuciosamente la semiología del paciente ante la presencia de anhedonia porque es un síntoma negativo, relacionado siempre con gravedad. Un síntoma no define una enfermedad, es el criterio diagnóstico basado en un conjunto de datos y en la elaboración concienzuda del profesional.
Los criterios generales para diagnosticarla como un trastorno son ver el grado de insatisfacción con las capacidades y logros del paciente, evaluar sus relaciones interpersonales y la forma en que afronta los acontecimientos de su vida. Lo importante es que el paciente aprenda a aceptar los hechos como se presentan; si su comportamiento le causa un daño a él y/o a los demás, entonces se transforma en una patología que debe ser tratada.
Un diagnóstico no hace a una enfermedad, solamente hace a una Historia Clínica. Los diagnósticos son aproximaciones intelectuales a lo que le ocurre a un paciente, nunca es definitivo. Diagnóstico es el resultante de un proceso complejo y actúa a modo de reducción científica para orientar acciones. Siempre debe quedar abierta la posibilidad a cambios diagnósticos, replanteos y reevaluaciones del paciente.
Para investigar la capacidad de sentir placer de un paciente se requiere de habilidad y también de cautela. Todo apresuramiento y enfoque tendencioso o prejuicioso puede describir un síntoma que no está presente.
El tacto del profesional es importante ya que el paciente puede sentir vergüenza de relatar formas de obtener placer censurables y por mantener oculta una faceta de su personalidad o de su intimidad, puede preferir el convencer al profesional de que no vive placer alguno.
ESCALAS DE CHAPMAN
En 1976 L. Chapman y M. Raulin propusieron dos escalas, conocidas como "escalas de Chapman", para la valoración de la anhedonia: la escala para la anhedonia física y la escala para la anhedonia social.
Posteriormente ambas escalas fueros revisadas pero, aunque ampliamente difundidas, no han llegado a ser publicadas de forma oficial. La Escala Revisada para la Anhedonia Física es un cuestionario autoaplicado de 61 preguntas que valora la capacidad de experimentar placer de estímulos físicos típicos, como la comida, el tacto, el sexo, etc., mediante preguntas como "Los bellos decorados siempre me han gustado". La Escala Revisada para la Anhedonia Social es un cuestionario autoaplicado de 40 preguntas que valora la capacidad de experimentar placer de estímulos como el trato con la otra gente, charlar, intercambiar impresiones o sentimientos, etc., mediante preguntas como "Un viaje en coche es más agradable si alguien me acompaña".
Inicialmente, los que desarrollaron las escalas creyeron que la escala para la anhedonia física sería la más útil de las dos escalas, y que la escala para la anhedonia social se vería afectada por la presión social y el sesgo derivado del deseo de agradar. Estos supuestos no se vieron confirmados en las investigaciones posteriores. En primer lugar, la escala para la anhedonia social resultó ser la más útil de las dos escalas, y demostró ser un robusto indicador del desarrollo posterior de trastornos del espectro esquizoide. En segundo lugar, la escala para la anhedonia social resultó ser estable en el tiempo para casos de individuos diagnosticados de esquizofrenia.
La anhedonia social ha demostrado ser también un rasgo característico de los trastornos del espectro autista, lo que ha motivado, por ejemplo, el estudio del solapamiento diagnóstico entre el síndrome de Asperger y el trastorno esquizotípico de la personalidad.
(Fuentes: Su Tratamiento, Dr. Héctor Zorrilla. Wikipedia)